En este momento estás viendo Subcontratación del trabajo básico (y no básico)

Independientemente del tamaño de una empresa o del campo en el que se encuentre, una regla fundamental de la subcontratación es que una empresa no debe subcontratar una de sus «funciones básicas». Si bien esta regla es aceptada casi universalmente por los expertos en subcontratación (sin importar de dónde provengan), la definición de «núcleo» en lo que respecta al trabajo varía considerablemente entre los expertos en subcontratación.

Funciones comerciales principales y no esenciales

En el sentido más amplio del término, las funciones básicas son las funciones más esenciales en su empresa y las más críticas para el flujo de ingresos de su empresa. En algunos casos, las funciones centrales pueden estar definidas por ley, pero en la mayoría de los casos, depende de la empresa individual definir qué funciones son fundamentales para su operación comercial. Asimismo, las funciones secundarias son aquellas que tienen el valor más bajo para el negocio y son las más genéricas. Si bien existen diferentes definiciones en diferentes industrias, la traducción de esta simple declaración en un plan de negocios es un proceso muy complejo.

Pocas empresas (incluso aquellas que parecen similares) estarán de acuerdo en lo que diferencia las funciones básicas de las no básicas.

Un ejemplo de funciones básicas y no básicas 

Para comprender mejor las diferencias prácticas entre lo básico y lo secundario, considere cómo se aplica esta regla en la subcontratación de procesos legales (LPO) . LPO es único porque es una profesión autorizada y regulada. Las funciones que se consideran el ejercicio de la abogacía son ilegales para cualquier persona que no sea un abogado. Estas son las funciones que generalmente se consideran las funciones centrales de un bufete de abogados. Sin embargo, un bufete de abogados puede optar por subcontratar áreas muy especializadas de su práctica legal, aunque pueden constituir fuentes importantes de ingresos y requieren abogados especialistas.Sin embargo, en general, la discusión sobre la subcontratación se refiere a las funciones que quedan fuera de la definición legal específica de «ejercicio de la abogacía».

La práctica de la abogacía es una frase que a menudo describe un conjunto claramente definido de funciones que ocurren durante la representación de un cliente (por una tarifa) en los tribunales. Sin embargo, la mayor parte del trabajo dentro de un bufete de abogados (o departamento legal de una empresa) no es en realidad tiempo dedicado a los tribunales. Contestar teléfonos, distribuir correos electrónicos y completar el papeleo general de la oficina (el mismo tipo de trabajo administrativo realizado en cualquier tipo de industria u oficina) se considera trabajo secundario. Incluso la creación de un contrato muy básico que implica completar una plantilla legal no suele requerir un abogado (excepto cuando se trata de revisar el producto final).

Sin embargo, cada firma tiene una noción ligeramente diferente de bajo qué circunstancias un contrato puede ser redactado a partir de una plantilla por una persona que no sea un abogado y cuándo debe ser elaborado por un abogado. La diferencia (según lo estipulado por cada bufete de abogados o departamento legal individual) afecta la cantidad de trabajo que esa firma considera que es central y cuánto no es esencial.

Hasta la empresa

Al final, se debe pensar de antemano en definir claramente exactamente qué funciones de su negocio son centrales y cuáles no fundamentales antes de tomar una decisión sobre qué tareas y funciones se subcontratarán. Como muestra el ejemplo legal, no existe un bien o un mal universal, solo un entendimiento interno entre departamentos y ejecutivos sobre las operaciones de su empresa.